4 nov 2014

Nunca

Era un niño, soñando nada más,
buscando lo que cualquiera busca.
Ilusionado con lo que vendría,
el susurro de los ángeles en mi oído.

No hay piedad para el dolor,
el suspiro de sus alas se desvaneció,
las lágrimas han ganado su lugar,
me dejan ciego ante la inmensidad.

La oscuridad de la noche
ahogó mis sueños,
su manto opacó a las estrellas.
Noche para siempre.

Nunca es mucho tiempo,
nunca se realizaron mis sueños,
la mentira fue creciendo,
me carcome por dentro.

La ilusión se convirtió en frustración,
me transformó en este oscuro hombre que soy.
Soledad y tristeza a cada paso.
Nunca es demasiado tiempo.