Mostrando las entradas con la etiqueta texto mio. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta texto mio. Mostrar todas las entradas

6 oct 2014

"Mace!" - una de mis primeras historias escritas -

He encontrado un verdadero tesoro para mí, una de las primeras historias que escribí, allá por el año 1995 aproximadamente. Decidí transcribirla aquí para preservarla. No es una obra maestra, ni nada por el estilo, pero me gustó lo que traté de hacer aquí con mis 15 años....
Espero la disfruten...con ustedes..."MACE!":


Domingo, 5 de abril de 1959
                Hoy decido escribir lo que me ha estado sucediendo en las últimas noches. No he podido contárselo a nadie y, tal vez, de esta forma pueda liberar un poco la preocupación de mi mente.
                Me encontraba recostado en mi cama, una noche tormentosa, los relámpagos se proyectaban sobre mi ventana. Me sumergía en mis pensamientos en la oscuridad; lo que me había sucedido ese día, mi novia, entre otras cosas… Estaba comenzado a dejarme vencer por el sueño cuando, sin aviso, mis pensamientos cambiaron completamente. Empecé a contemplar horribles imágenes en mi mente, personas gritando, grandes y deformes rostros se cruzaban flotando en una tormenta de fuego, parecían pedir ayuda. Exaltado, abrí mis ojos, observé tan solo oscuridad, solo rota por el resplandor de algunos lejanos relámpagos, me tranquilicé un poco y pude conciliar el sueño, no sin dificultad.
                En las dos noches siguientes el hecho se repitió, lo extraño es que aún la tormenta no se disipaba y parecía recobrar fuerza durante la noche.
                En la tercera noche, no pude dormir, esos pensamientos e imágenes que no podía controlar aparecían con más realismo cada vez pero, al abrir los ojos, desaparecían.
                En la siguiente noche, no pude resistir el cansancio y me dormí, a pesar de esas imágenes en mi mente, lo que pasó después aún no sé si fue sueño o realidad. Me despertaba en medio de la noche, me sentaba en mi cama con la habitación a oscuras, un ruido extraño me había hecho abrir los ojos. Era similar a algo entre pasos y pequeños golpes hechos sobre alguna clase de instrumento de madera, pero por alguna razón me pareció que componían una melodía un tanto siniestra. Me levanté de mi cama, no sin sudar de terror, y abrí la puerta de mi dormitorio…vi algo…una figura humana o casi humana, no la puedo recordar debido a que apenas la divisé me encontré nuevamente en mi cama, sudoroso y agitado. En ese momento, supuse que había sido una pesadilla.
                Esto sucedió hace unas semanas atrás, desde entonces este sueño ha ocurrido esporádicamente casi sin cambios.

Martes, 14 de abril de 1959
Hoy vuelvo a escribir porque anoche fue totalmente escalofriante.
Me encontraba en mi cama, cerca de la medianoche, disfrutaba de la lectura de uno de mis libros favoritos, Crucifax, bebiendo una taza de café, cuando estaba dispuesto a abandonar la historia contada por el autor, algo me inquietó. De repente comenzó a llover intensamente, los relámpagos iluminaban la habitación como pocas veces. Me levanté a cerrar mi ventana, me aproximé a ella, al ver hacia la calle divisé, bajo el manto de agua que caía, una figura al otro lado de la acera. Me pareció familiar y me observaba, no podía distinguir su rostro pero, de alguna forma, sus ojos me inquietaron. Rápidamente bajé la persiana y me recosté tratando de no darle importancia a la que seguramente había sido una invención de mi imaginación. Unos minutos después alguien golpeaba mi puerta, supuse que sería mi madre. Me levanté en la oscuridad y la abrí, para mi asombro y desconcierto, no había nadie allí. Me volteé para volver a mi cama y allí estaba, parado frente a mí, esa persona de la calle goteando el agua de lluvia que aún tenía en el piso de mi habitación. Era alto, casi de dos metros de altura, con largos cabellos cenizas, ojos color fuego y vestido con un sobretodo negro que lo cubría hasta los pies. Quedé paralizado…pero al mirarlo a los ojos un extraño sentimiento de tranquilidad se apoderó de mí.  Estuvimos unos segundos, que a mi parecer fueron horas, hasta que finalmente pude hablar. Le pregunté que quién era, que qué hacía en mi habitación. Se tomó su tiempo para contestar, pareció una eternidad, me dijo, con voz ronca y lejana: “Soy tu amigo, un buen amigo, tú me has llamado y lo sabes.” No supe a qué se refería y de repente, mi mente se iluminó y recordé al diabólico personaje de mi libro, Mace, el que lograba dominar a los jóvenes presentándose como su “amigo”. Con voz temblorosa le pregunté si él era Mace y…se fue, simplemente desapareció dejando un extraño aroma en el aire, un aroma muy similar al de la marihuana.