21 may 2013

Enojo y cobardía...


Hoy derrocho enojo,
Hoy destilo veneno,
mi ira no conoce límites,
no te cruces en mi camino.

Al borde de la locura,
desafiando la fina línea entre el bien y el mal.
Rebalsa de mi corazón esta sensación.
Siento estallar dentro de mí
y realizo una implosión a la vez.

No me dejo ver,
no confronto lo que me encoleriza.
En el fondo soy un cobarde,
cuya única ira es conmigo mismo.




20 may 2013

Soledad y piel....

Sintiendo la soledad en mi piel,
llena mis venas de sangre oxidada,
tóxica por dentro y por fuera,
llega a mi corazón.

Soledad rodea mi cuerpo,
es una coraza de la que nada escapa,
ni siquiera mi tristeza puede atravesarla,
aislado, recluído en mi oscuridad.

Libertad ansiada, no ha de llegar,
mas la esperanza no puedo perder,
la soledad vencerá esta mañana,
pero no doblegará mi alma.

Mi corazón late deprisa,
no sabe como cambiar,
mi sangre por la mía.
Desesperado, no soporta más.

Salir de esta, no lo voy a lograr,
lucharé, sin ansias de victoria,
pero sin saborear la derrota.
Soledad.


17 may 2013

Musa

Enfrentar la pantalla en blanco
sin saber que volcar en ella
El corazón se halla reticente a abrirse,
y la mente, holgazana en recuerdos perdidos.

Veo las letras fluir sin significado,
no observo un patrón de pensamiento.
Solo escribo sin la intención,
sin la pasión que tenía.
¿Dónde estás?
¿Por qué huyes de mí?

Mi musa ha desaparecido,
y nunca la conocí,
nunca la reconocí.
Acaso, ¿eso es posible?




15 may 2013

Qué pequeños somos en la existencia...

O, tal vez, somos tan trascendentes que podemos comenzar a observarla?
Tal vez es el momento de ser trascendentes, es el momento de darse cuenta,
es el momento de vernos como realmente somos.

Somos un grano de arena en un mar de materia,
y vacío,
vacuidad que nos completa,
vacuidad que se siente en el exterior
y en el interior de tu corazón, si te atreves a mirarla.

Nos creemos dueños de todo,
y sólo somos una ínfima parte de nada.

Realmente, de verdad, qué tan importante te parece todo ahora?



14 may 2013

Heridas....

Pensando en las cosas que siento...
No sabiendo bien que hacer con lo que hay dentro mio.

En mi mente no hay lugar para las dudas,
no sé que hacer.
Sin la mente clara.

Esperaré aquí fuera,
mientras mis pensamientos se forman,
mientras ellos se crean...solos
solos.

Tecleando las oscuras letras de la verdad
frente a la blanca e impoluta pantalla.
Me desafía a contar mi verdad.

Liberando la poesía que sé que tengo guardada
y lucha por no abandonar mi adormecido corazón.
Las palabras son dolorosas,
se aferran a mi piel
con garras afiladas
como cuñas de metal.

Palabras que no me liberan de la oscuridad,
rasgándome el alma,
dejando heridas sangrantes
que me destilan de vida,
que dejan cicatrices que el paso del tiempo
no curará.



9 may 2013

Arriba y Abajo - Recursos Humanos y la empresa


Un artículo que acabo de leer que refleja realmente lo que pasa en mi lugar de trabajo, se los transcribo y les dejo la fuente de la nota más abajo.


Arriba y Abajo – Los RRHH en las empresas

Hay afirmaciones que son tan evidentes que pasan desapercibidas y, en consecuencia, se convierten en meras suposiciones.

“Un departamento de RRHH debe preocuparse ante todo de las personas”

Aparentemente, esta afirmación parece tan pueril como aquella de “en una panadería se vende pan”. Sin embargo, a poco que profundicemos en el aserto, las aguas no parecen estar tan calmadas como el lienzo las describe.
Hablar de las personas olvidando el contexto no pasa de ser una simpleza imperdonable. Habrá quien argumente que tal precisión resulta innecesaria pero, a la vista de los hechos, resulta crucial.

¿Qué buscan las personas en una empresa?

Trabajo, por supuesto. Un medio de vida, por descontado. Pero más allá de estas obviedades, buscamos estar en paz con nosotros mismos, eso que algunos no tenemos empacho en llamar felicidad aunque evidentemente la palabra resulta ridícula en el caso de cientos de miles de trabajadores con más de una década de experiencia en su empresa. Pero hubo un momento en el que la gran mayoría de ellos estuvieron en paz consigo mismos, un instante de felicidad pura que se expresaba en una disponibilidad absoluta, compromiso y confianza. Se dice que la experiencia y la vida enseñan a ser más realista dejando paso a la rutina, la monotonía, el desencanto y hasta la incertidumbre. Es ese conocido cuento del abuelo que tarde o temprano se acaba recitando a los recién llegados.

Pues bien, si esto ocurre en su empresa, la conclusión no puede ser otra que el estrepitoso fracaso del Departamento de Recursos Humanos. Un departamento que, en lugar de preocuparse por las personas, se ha preocupado de su selección, contratación, ocupación, formación y despido o jubilación. No, no es que todo esto sea innecesario, pero sí periférico, colateral y, en definitiva, necesario pero nunca esencial.

El alma de la empresa son sus personas y si estas no están en paz consigo mismas, tendremos una concentración de almas en pena que tarde o temprano serán conscientes de su fracaso vital reflejándolo en el simple y llano cumplimiento de sus tareas en una sucesión de días malos, buenos o simplemente días. En definitiva,  trabajadores de línea de producción, logística, comercial, administración, investigación o lo que se quiera, pero trabajadores por cuenta ajena y nunca mejor dicho. Quizás esta perspectiva fuera posible hace cien años, incluso diez o quince, pero tal como están las cosas, simplemente resulta suicida.

Recuerdo de mis años de docencia una frase que repetía una y otra vez a compañeros y alumnos: aquí se viene a ser feliz. Cuando comprendí que quienes debían educar en la felicidad eran en su mayor parte un universo de infelicidad, simplemente opte por abandonar aquel entorno. Pues bien, la empresa continua siendo escuela de vida y su misión es garantizar la felicidad de quienes acuden a ella para seguir aprendiendo; aprendiendo para enseñar y enseñando para aprender y si no se consigue, la conclusión es un fracaso y éste, a diferencia del error, no sólo exige reconocimiento y aporta aprendizaje, sino que también obliga al cambio.

Los departamentos de Recursos Humanos no tienen como misión cambiar a las personas para moldearlas a imagen y semejanza del gestor de turno. Su misión es hacerlas crecer, generando entornos y situaciones estimulantes. 
Responsabilidad frente a obligación.
Talento frente a la rutina mecánica.
Conciencia de colectivo frente a la falsa certidumbre de la jerarquía.
Horizonte más allá de los viejos preconceptos caducos de los de arriba y los de abajo.
Empatía profesional frente al absurdo amiguismo condescendiente que sólo engaña y humilla.
En definitiva, ser capaz de percibir que tratas y trabajas con personas.

Dime y me olvidaré
Enséñame y puede que lo recuerde
Involúcrame y me pondré en marcha



Fuente:
http://viajeroaccidental.blogspot.com.es/2013/04/arriba-y-abajo.html