Anoche me di cuenta,
anoche la soledad me abrazó,
y no me dejó ir.
Anoche no pude dormir,
la soledad no abandonó mi mente,
ni aún somnolienta.
Mi vida no es un desastre,
yo lo soy,
mi mente no me deja en paz.
Siempre presionado,
nunca llegando a los estándares,
sintiéndome solo y perdido.
Lágrimas, siempre al borde de mis ojos.
Llorar, parece lo único que me calma.
Sin escape aparente, siento la soledad.
Sueños que sólo son pesadillas,
mi mente no parece encontrar sosiego,
hoy estoy aquí, y sólo me siento espectador
del que está escribiendo.
Hoy no sé qué quiero ser,
qué quiero hacer,
y me siento viejo para no saber.
Me siento viejo, para sentir esta soledad.
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