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25 abr 2012

Texto de Jorge Schubert

Les dejo un texto del libro "Morir a Tiempo" de Jorge Schubert (que voy a adquirir apenas pueda) sobre el nuevo paradigma educativo y, por que no, de una nueva forma de concebirnos a nosotros mismos:


“Nuestro planeta está vibrando a otra velocidad, y el sistema educativo ha ingresado en una etapa de crisis comunicacional entre maestros y alumnos. La propuesta de transmitirles conceptos a los jóvenes y niños, para que estos se adapten al mundo que pretendemos los adultos, está siendo alterada por la necesidad de una generación que viene a expresar su mundo interior, con la misión de romper con los viejos patrones que rigen el mundo exterior.
La nueva generación responde a la vibración índigo. El color índigo representa cambio, transmutación. Romper con lo viejo para que nazca lo nuevo.
Los chicos ya no pueden estar sentados en un pupitre escuchando a un maestro, ni recibiendo conceptos que no consideren vitales para su desarrollo. Exigen vivenciar y experimentar, dentro de la interacción, el respeto y la guía amorosa de quienes tienen la función de guiarlos.
Reclaman imperiosamente ser comprendidos y tenidos en cuenta. Pero en especial, muy en especial, ser.
La vieja escuela pretende educarlos bajo los preceptos de lo que necesita la sociedad, y no de lo que necesita el niño. El niño, antes de ser cualquier cosa, es. Este recuerdo de “quienes son” prima por sobre el concepto de lo que deben ser. No pueden ser arrastrados por las necesidades externas, sino por sus necesidades internas.
Lo que estos jóvenes vienen a decirnos, es que nadie puede desarrollarse plenamente como ser humano, si no hace lo que vino a hacer. Y lo que nuestra escuela les dice es que deben olvidarse de quienes son, para responder a lo que la sociedad quiere que sean.
Tenemos una responsabilidad fundamental con nuestros hijos y alumnos: Ayudarlos a reconocer y liberar sus dones para que puedan manifestarlos. Caso contrario, muchos niños morirán de pena, sumidos en la frustración.
Es responsabilidad de los adultos acompañarlos en este proceso, interactuando desde quiénes somos y no desde el rol maestro-alumno. Ellos también son nuestros maestros. Nuestros grandes maestros. Y en nosotros está volvernos alumnos.
Necesitamos maestros vivos, y no maestros muertos.
Tenemos un maravilloso desafío histórico.
Por eso, mi apoyo a La Educación Prohibida.”