"Necesitaba escapar,
huir de aquella realidad
Que no es la mía,
Pero la vivo como
tal.
Este momento es real,
En este momento yo
siento,
No pienso.
Aquí afuera, estoy.
Siento el viento en
mi piel,
La música en mis
oídos,
Los colores opacados
por mis anteojos de sol,
El tacto de la
lapicera contra mis dedos.
Me aislo con mi
antifaz en forma de anteojos,
Mis auriculares a
todo volumen en mis oídos,
Me aislo y quedo
solo.
Pero me pierdo en mi
mente,
No es mi ser
¡Quiero despertar!
Pero no lo logro.
En un instante,
levanto mi mirada hacia el cielo,
Un escalofrío recorre
mi piel,
Y un nudo se forma en
mi garganta.
¡Belleza en toda su
magnitud!
Colores en su
esplendor…
Estoy aquí, ahora.
Aquí y ahora…SOY.
Soy el que escribe
esto,
El que vive esto,
No el que lo escribió
Dos oraciones atrás,
Ni el que seguirá
escribiendo o dejará de hacerlo.
Soy el que escribe,
nada más,
No es necesaria otra
definición,
No es necesaria una
definición.
¡No soy el que fui,
ni seré quién soy!"
La definición es un
invento del hombre, antes del hombre nada estaba definido, y nada realmente lo
está en la era del hombre.
Todo está en su
mente, por ejemplo, el tiempo es una definición. El tiempo es una invención, no
existe. Pensemos en la paradoja oriental, “Si
un árbol se cae en el bosque y no hay nadie para escucharlo, realmente se ha
caído” o en una pregunta zen utilizada para lograr el satori (iluminación) “¿Cuál
es el nombre de la rosa?”. Si no estuviéramos nosotros para definir al
tiempo, realmente existiría? Al no existir alguien para percibirlo y definirlo,
realmente existe?
El tiempo no existe,
lo pasado, ya fue, desapareció, no existe más, ni existió tampoco…el pasado fue
presente y se desintegró, en realidad, nunca existió. Esto es porque el
presente no existe, es infinito y no existe.
Yo no estoy
escribiendo, ni escribí, ni escribiré. Si esto lo hago en el presente…existe y
a la vez, no.
El pasado solo vive
en nuestra mente, en nuestro cerebro y vive gracias a lo que recordamos, es
decir, lo que recordamos es lo que vivimos en el pasado en algún momento y eso
constituye el pasado. Es una maquinación, es un invento de nuestra mente que no
nos deja vivir el presente y no deja de inventarnos un futuro.
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