Feel my world shake... Feel my existence crumble... Feel my agony within... Feel Me.
13 abr 2016
12 abr 2016
No entendiste nada...
De todo esto que te respondí....no entendiste nada....me lo seguiste demostrando.....no vales la pena....
"L., me alegro que te quedes con una buena imagen mía..quisiera poder decir lo mismo, de verdad, pero la imagen que tengo tuya no es de la mejor.
Lo de la señal o no señal es relativo, porque en realidad, siempre tuviste señal (lo se, no me subestimes), lo que no tenías es voluntad y está perfecto, pero podías haber sido sincera.
Además, está más que claro que tu amor es o era una fábula.
No se si me interesa terminar bien, creo que a esta altura, es el final que corresponde. No le busco explicaciones, ni por que actuaste como actuaste, ni nada, porque no tiene sentido.
Te moviste por tu propia voluntad y por tu propio beneficio, como siempre lo has hecho, y cómo siempre lo vas a hacer.
Tu capacidad de empatía es prácticamente nula, y lo sé, y lo sabía. Por ende, yo esperaba otros gestos inútilmente, sabiendo que nunca sucederían.
Ahora entiendo muchas cosas. Y entiendo mucho de tu pasado y de tus parejas fallidas. Lamentablemente, no sabés lo que es el amor, o no lo sentiste de verdad todavía. Pero dudo mucho que entiendas lo que es amar.
Hay mil cosas que podría decirte, pero prefiero reservármelas. No porque me interese que tengas una buena imagen mía. Tu imagen sobre mí hace tiempo que es de una forma y no muy agradable como me lo has hecho saber en reiteradas oportunidades.
Pero hay algo que si te voy a decir, la felicidad efímera, el disfrutar de la vida y ser feliz sin importarme nada, tiene consecuencias, no se si en vos, calculo que si, no soy psicólogo, pero en los demás, te lo aseguro.
Es tu forma de vivir, es tu elección, perfecto, sólo que tenés que tener cuidado con los demás y no meterlos en tu juego si no lo comparten.
Es hora de hacerme valer, sé lo que valgo como tipo y como pareja, y lo que te dí, hay muchas mujeres que no lo encuentran. Vos no lo querés. Querés ser libre, hacer lo que te plazca, sin consecuencias, me parece bárbaro, pero asumilo. La vida que llevabas, es la vida que querés, no te engañes más.
Sé más de lo que pensás, y no me interesa decírtelo.
Tus actitudes mostraron más que tus palabras.
Beso."
"L., me alegro que te quedes con una buena imagen mía..quisiera poder decir lo mismo, de verdad, pero la imagen que tengo tuya no es de la mejor.
Lo de la señal o no señal es relativo, porque en realidad, siempre tuviste señal (lo se, no me subestimes), lo que no tenías es voluntad y está perfecto, pero podías haber sido sincera.
Además, está más que claro que tu amor es o era una fábula.
No se si me interesa terminar bien, creo que a esta altura, es el final que corresponde. No le busco explicaciones, ni por que actuaste como actuaste, ni nada, porque no tiene sentido.
Te moviste por tu propia voluntad y por tu propio beneficio, como siempre lo has hecho, y cómo siempre lo vas a hacer.
Tu capacidad de empatía es prácticamente nula, y lo sé, y lo sabía. Por ende, yo esperaba otros gestos inútilmente, sabiendo que nunca sucederían.
Ahora entiendo muchas cosas. Y entiendo mucho de tu pasado y de tus parejas fallidas. Lamentablemente, no sabés lo que es el amor, o no lo sentiste de verdad todavía. Pero dudo mucho que entiendas lo que es amar.
Hay mil cosas que podría decirte, pero prefiero reservármelas. No porque me interese que tengas una buena imagen mía. Tu imagen sobre mí hace tiempo que es de una forma y no muy agradable como me lo has hecho saber en reiteradas oportunidades.
Pero hay algo que si te voy a decir, la felicidad efímera, el disfrutar de la vida y ser feliz sin importarme nada, tiene consecuencias, no se si en vos, calculo que si, no soy psicólogo, pero en los demás, te lo aseguro.
Es tu forma de vivir, es tu elección, perfecto, sólo que tenés que tener cuidado con los demás y no meterlos en tu juego si no lo comparten.
Es hora de hacerme valer, sé lo que valgo como tipo y como pareja, y lo que te dí, hay muchas mujeres que no lo encuentran. Vos no lo querés. Querés ser libre, hacer lo que te plazca, sin consecuencias, me parece bárbaro, pero asumilo. La vida que llevabas, es la vida que querés, no te engañes más.
Sé más de lo que pensás, y no me interesa decírtelo.
Tus actitudes mostraron más que tus palabras.
Beso."
10 abr 2016
Muy buena entrevista, me siento muy identificado por la desastroza relacion reciente que tuve.
Hay gente que no sabe amar....y solo e va el speed dating...(forma fina de ser una mina/tipo fácil)
Ahi va:
Entrevista a Jacques-Alain Miller. Sobre el amor.
Un laberinto de malentendidos cuya salida no existe
“Amamos a aquel que responde a nuestra pregunta: ¿Quién soy yo?”
Entrevista a Jacques-Alain Miller
[*] Por Hanna Waar
Hanna Waar: ¿El psicoanálisis enseña algo sobre el amor?
Jacques-Alain Miller: Mucho, pues es una experiencia cuyo resorte es el amor. Se trata de ese amor automático, y a menudo inconsciente, que el analizante dirige al analista, y que se llama la transferencia. Es un amor artificial, pero de la misma estofa que el amor verdadero. Saca a la luz su mecánica: el amor se dirige a aquel que usted piensa que conoce vuestra verdad verdadera. Pero el amor permite imaginar que esta verdad será amable, agradable, mientras que de hecho es muy difícil de soportar.
H.W.: ¿Entonces, qué es verdaderamente amar?
J-A.M.: Amar verdaderamente a alguien es creer que amándolo, se accederá a una verdad sobre sí mismo. Amamos a aquel o a aquella que esconde la respuesta, o una respuesta a nuestra pregunta: “¿Quién soy yo?”
H.W.: ¿Por qué algunos saben amar y otros no?
J-A.M.: Algunos saben provocar el amor en el otro, los serial lovers, si puedo decirlo, hombres y mujeres. Saben qué botones apretar para hacerse amar. Pero ellos no aman necesariamente, juegan más bien al gato y al ratón con sus presas. Para amar, hay que confesar su falta, y reconocer que se necesita al otro, que le falta. Aquellos que creen estar completos solos, o quieren estarlo, no saben amar. Y a veces, lo constatan dolorosamente. Manipulan, tiran de los hilos, pero no conocen del amor ni el riesgo ni las delicias.
H.W.: “Estar completo solo”: sólo un hombre puede creer eso…
J-A.M.: ¡Bien dicho! Amar, decía Lacan es dar lo que no se tiene. Lo que quiere decir: amar es reconocer su falta y darla al otro, ubicarla en el otro. No es dar lo que se posee, bienes, regalos. Es dar algo que no se posee, que va más allá de sí mismo. Para eso, hay que asumir su falta, su “castración”, como decía Freud. Y esto, es esencialmente femenino. Sólo se ama verdaderamente a partir de una posición femenina. Amar feminiza. Por eso el amor es siempre un poco cómico en un hombre. Pero si se deja intimidar por el ridículo, es que en realidad, no está muy seguro de su virilidad.
H.W.: ¿Sería más difícil amar para los hombres?
J-A.M.: ¡Oh sí! Incluso un hombre enamorado tiene retornos de orgullo, lo asalta la agresividad contra el objeto de su amor, porque este amor lo pone en una posición de incompletud, de dependencia. Por ello puede desear a mujeres que no ama, para reencontrar la posición viril que él pone en suspenso cuando ama. Freud llama a este principio la “degradación de la vida amorosa” en el hombre: la escisión del amor y del deseo.
H.W.: ¿Y en las mujeres?
J-A.M.: Es menos habitual. En el caso más frecuente, hay desdoblamiento del partenaire masculino. De un lado, está el amante que las hace gozar y que desean, pero está también el hombre del amor, que está feminizado, profundamente castrado. Sólo que no es la anatomía la que comanda: hay mujeres que adoptan una posición masculina, incluso las hay cada vez más. Un hombre para el amor, en la casa, y hombres para el goce, que se encuentran en Internet, en la calle, o en el tren…
H.W.: ¿Por qué cada vez más?
J-A.M.: Los estereotipos socioculturales de la feminidad y de la virilidad están en plena mutación. Los hombres son invitados a alojar sus emociones, a amar, a feminizarse. Las mujeres conocen, por el contrario, un cierto “empuje al hombre”: en nombre de la igualdad jurídica, se ven conducidas a repetir “yo también”.
Al mismo tiempo, los homosexuales reivindican los derechos y los símbolos de los héteros, como el matrimonio y la filiación. De allí que hay una gran inestabilidad de los roles, una fluidez generalizada del teatro del amor, que contrasta con la fijeza de antaño.
El amor se vuelve “líquido”, constata el sociólogo Zygmunt Bauman [1].
Cada uno es conducido a inventar su propio “estilo de vida”, y a asumir su modo de gozar y de amar. Los escenarios tradicionales caen en lento desuso. La presión social para adecuarse a ello no ha desaparecido, pero es baja.
H.W.: “El amor siempre es recíproco”, decía Lacan. ¿Aún es verdadero en el contexto actual? ¿Qué significa eso?
J-A.M.: Se repite esta frase sin comprenderla, o se la comprende de través. No quiere decir que basta con amar a alguien para que él lo ame. Eso sería absurdo.
Quiere decir: “Si yo te amo, es que tú eres amable. Soy yo quien ama, pero tú, tú también estas implicado, puesto que hay en ti algo que hace que te ame. Es recíproco porque hay un ir y venir: el amor que tengo por ti es el efecto de retorno de la causa de amor que tú eres para mí. Por lo tanto, algo tú tienes que ver. Mi amor por ti no es sólo asunto mío, sino también tuyo. Mi amor dice algo de ti que quizá tú mismo no conozcas.”
Esto no asegura en absoluto que al amor de uno responderá el amor del otro: cuando eso se produce siempre es del orden del milagro, no se puede calcular por anticipado.
H.W.: No se encuentra a su cada uno o a su cada una por azar. ¿Por qué él? ¿Por qué ella?
J-A.M.: Existe lo que Freud llama Liebsbedingung, la condición de amor, la causa del deseo. Es un rasgo particular –o un conjunto de rasgos– que tiene en cada uno una función determinante en la elección amorosa. Esto escapa totalmente a las neurociencias, porque es propio de cada uno, tiene que ver con la historia singular e íntima. Rasgos a veces ínfimos están en juego. Freud, por ejemplo, había señalado como causa del deseo en uno de sus pacientes ¡un brillo de luz en la nariz de una mujer!
H.W.: Nos es difícil creer en un amor fundado sobre esas naderías.
J-A.M.: La realidad del inconsciente supera a la ficción. Usted no tiene idea de todo lo que se funda, en la vida humana, y especialmente en el amor, en bagatelas, cabezas de alfiler, “divinos detalles”.
Es verdad que es sobretodo en el macho que encontramos tales causas del deseo, que son como fetiches cuya presencia es indispensable para desencadenar el proceso amoroso.
Particularidades nimias, que recuerdan al padre, la madre, el hermano, la hermana, tal personaje de la infancia, juegan también su papel en la elección amorosa de las mujeres.
Pero la forma femenina del amor es más erotómana que fetichista: quieren ser amadas, y el interés, el amor que se les manifiesta, o que suponen en el otro, es a menudo una condición sine qua non para desencadenar su amor, o al menos su consentimiento. El fenómeno está en la base de la conquista masculina.
H.W.: ¿Usted no le adjudica ningún papel a los fantasmas?
J-A.M.: En las mujeres, sean concientes o inconscientes, son determinantes para la posición de goce, más que para la elección amorosa. Y es a la inversa para los hombres.
Por ejemplo, ocurre que una mujer no pueda obtener el goce – digamos el orgasmo – sino a condición de imaginarse a sí misma durante el acto, siendo golpeada, violada, o siendo otra mujer, o incluso estando en otra parte, ausente.
H.W.: ¿Y el fantasma masculino?
J-A.M.: Está muy en evidencia en el enamoramiento. El ejemplo clásico, comentado por Lacan, está en la novela de Goethe [2], la súbita pasión del joven Werther por Charlotte, en el momento en que la ve por primera vez, alimentando a un grupo de niños que la rodea.
Aquí es la cualidad maternal de la mujer lo que desencadena el amor.
Otro ejemplo, tomado de mi práctica, es este: un jefe en la cincuentena recibe candidatas para un puesto de secretaria. Una joven mujer de 20 años se presenta y le desencadena inmediatamente su fuego.
Se pregunta lo que le pasó, entra en análisis. Allí descubre el desencadenante: encontró en ella rasgos que le evocaban lo que él mismo era a los 20 años, cuando se presentó a su primera solicitud de trabajo. De algún modo se enamoró de sí mismo.
H.W.: ¡Se tiene la impresión de que somos marionetas!
J-A.M.: No, entre tal hombre y tal mujer, nada está escrito por anticipado, no hay brújula, no hay relación preestablecida. Su encuentro no está programado como el del espermatozoide y el del óvulo; nada que ver tampoco con los genes.
Los hombres y las mujeres hablan, viven en un mundo de discurso, es eso lo que es determinante. Las modalidades del amor son ultrasensibles a la cultura ambiente. Cada civilización se distingue por el modo en que estructura su relación entre los sexos.
Ahora, ocurre que en Occidente, en nuestras sociedades, a la vez liberales, mercantiles y jurídicas, lo “múltiple” está en camino de destronar el “Uno“. El modelo ideal de “gran amor para toda la vida” cede poco a poco el terreno ante el speed dating, el speed living y toda una profusión de escenarios amorosos alternativos, sucesivos, incluso simultáneos.
H.W.: ¿Y el amor en su duración?, ¿en la eternidad?
J-A.M.: Balzac decía: “Toda pasión que no se crea eterna es repugnante” [3].
¿Pero el vínculo puede mantenerse toda la vida en el registro de la pasión?
Cuanto más un hombre se consagra a una sola mujer, más ella tiende a tomar para él una significación maternal: tanto más sublime e intocable cuanto más amada.
Son los homosexuales casados lo que desarrollan mejor este culto de la mujer: Aragon canta su amor por Elsa cuando muere, ¡buen día a los muchachos! Y cuando una mujer se apega a un solo hombre, lo castra. Por lo tanto, el camino es estrecho. El mejor destino del amor conyugal es la amistad, decía en esencia Aristóteles.
H.W.: El problema, es que los hombres dicen no comprender lo que quieren las mujeres, y las mujeres, lo que los hombres esperan de ellas…
J-A.M.: Sí. Lo que es una objeción a la solución aristotélica es que el diálogo de un sexo con el otro es imposible, suspiraba Lacan. Los enamorados están de hecho condenados a aprender indefinidamente la lengua del otro, a tientas, buscando las claves, siempre revocables. El amor, es un laberinto de malentendidos cuya salida no existe.
Traducción: Silvia Baudini
Notas * Entrevista realizada a Jacques- Alain Miller por Hanna Waar para la Psychologies Magazine, octubre 2008, n° 278.
Agradecemos a Jacques Alain-Miller por su gentil autorización para que sea publicada en esta edición de Consecuencias.
1 – BAUMAN, Zygmunt:. Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos.
2 – GOETHE, Johann Wolfgang: Los sufrimientos del joven Werther.
3 – HONORATO de BALZAC: en La Comedia humana, volumen VI. “Estudios de las costumbres: escenas de la vida parisina“.
—
Las negritas y cursivas y algunos enlaces no pertenecen al texto original. Son un modo de destacar y facilitar mi propia lectura de porciones que considero de mayor relevancia.
link original de la entrevista
https://soydondenopienso.wordpress.com/.../entrevita-a.../
Hay gente que no sabe amar....y solo e va el speed dating...(forma fina de ser una mina/tipo fácil)
Ahi va:
Entrevista a Jacques-Alain Miller. Sobre el amor.
Un laberinto de malentendidos cuya salida no existe
“Amamos a aquel que responde a nuestra pregunta: ¿Quién soy yo?”
Entrevista a Jacques-Alain Miller
[*] Por Hanna Waar
Hanna Waar: ¿El psicoanálisis enseña algo sobre el amor?
Jacques-Alain Miller: Mucho, pues es una experiencia cuyo resorte es el amor. Se trata de ese amor automático, y a menudo inconsciente, que el analizante dirige al analista, y que se llama la transferencia. Es un amor artificial, pero de la misma estofa que el amor verdadero. Saca a la luz su mecánica: el amor se dirige a aquel que usted piensa que conoce vuestra verdad verdadera. Pero el amor permite imaginar que esta verdad será amable, agradable, mientras que de hecho es muy difícil de soportar.
H.W.: ¿Entonces, qué es verdaderamente amar?
J-A.M.: Amar verdaderamente a alguien es creer que amándolo, se accederá a una verdad sobre sí mismo. Amamos a aquel o a aquella que esconde la respuesta, o una respuesta a nuestra pregunta: “¿Quién soy yo?”
H.W.: ¿Por qué algunos saben amar y otros no?
J-A.M.: Algunos saben provocar el amor en el otro, los serial lovers, si puedo decirlo, hombres y mujeres. Saben qué botones apretar para hacerse amar. Pero ellos no aman necesariamente, juegan más bien al gato y al ratón con sus presas. Para amar, hay que confesar su falta, y reconocer que se necesita al otro, que le falta. Aquellos que creen estar completos solos, o quieren estarlo, no saben amar. Y a veces, lo constatan dolorosamente. Manipulan, tiran de los hilos, pero no conocen del amor ni el riesgo ni las delicias.
H.W.: “Estar completo solo”: sólo un hombre puede creer eso…
J-A.M.: ¡Bien dicho! Amar, decía Lacan es dar lo que no se tiene. Lo que quiere decir: amar es reconocer su falta y darla al otro, ubicarla en el otro. No es dar lo que se posee, bienes, regalos. Es dar algo que no se posee, que va más allá de sí mismo. Para eso, hay que asumir su falta, su “castración”, como decía Freud. Y esto, es esencialmente femenino. Sólo se ama verdaderamente a partir de una posición femenina. Amar feminiza. Por eso el amor es siempre un poco cómico en un hombre. Pero si se deja intimidar por el ridículo, es que en realidad, no está muy seguro de su virilidad.
H.W.: ¿Sería más difícil amar para los hombres?
J-A.M.: ¡Oh sí! Incluso un hombre enamorado tiene retornos de orgullo, lo asalta la agresividad contra el objeto de su amor, porque este amor lo pone en una posición de incompletud, de dependencia. Por ello puede desear a mujeres que no ama, para reencontrar la posición viril que él pone en suspenso cuando ama. Freud llama a este principio la “degradación de la vida amorosa” en el hombre: la escisión del amor y del deseo.
H.W.: ¿Y en las mujeres?
J-A.M.: Es menos habitual. En el caso más frecuente, hay desdoblamiento del partenaire masculino. De un lado, está el amante que las hace gozar y que desean, pero está también el hombre del amor, que está feminizado, profundamente castrado. Sólo que no es la anatomía la que comanda: hay mujeres que adoptan una posición masculina, incluso las hay cada vez más. Un hombre para el amor, en la casa, y hombres para el goce, que se encuentran en Internet, en la calle, o en el tren…
H.W.: ¿Por qué cada vez más?
J-A.M.: Los estereotipos socioculturales de la feminidad y de la virilidad están en plena mutación. Los hombres son invitados a alojar sus emociones, a amar, a feminizarse. Las mujeres conocen, por el contrario, un cierto “empuje al hombre”: en nombre de la igualdad jurídica, se ven conducidas a repetir “yo también”.
Al mismo tiempo, los homosexuales reivindican los derechos y los símbolos de los héteros, como el matrimonio y la filiación. De allí que hay una gran inestabilidad de los roles, una fluidez generalizada del teatro del amor, que contrasta con la fijeza de antaño.
El amor se vuelve “líquido”, constata el sociólogo Zygmunt Bauman [1].
Cada uno es conducido a inventar su propio “estilo de vida”, y a asumir su modo de gozar y de amar. Los escenarios tradicionales caen en lento desuso. La presión social para adecuarse a ello no ha desaparecido, pero es baja.
H.W.: “El amor siempre es recíproco”, decía Lacan. ¿Aún es verdadero en el contexto actual? ¿Qué significa eso?
J-A.M.: Se repite esta frase sin comprenderla, o se la comprende de través. No quiere decir que basta con amar a alguien para que él lo ame. Eso sería absurdo.
Quiere decir: “Si yo te amo, es que tú eres amable. Soy yo quien ama, pero tú, tú también estas implicado, puesto que hay en ti algo que hace que te ame. Es recíproco porque hay un ir y venir: el amor que tengo por ti es el efecto de retorno de la causa de amor que tú eres para mí. Por lo tanto, algo tú tienes que ver. Mi amor por ti no es sólo asunto mío, sino también tuyo. Mi amor dice algo de ti que quizá tú mismo no conozcas.”
Esto no asegura en absoluto que al amor de uno responderá el amor del otro: cuando eso se produce siempre es del orden del milagro, no se puede calcular por anticipado.
H.W.: No se encuentra a su cada uno o a su cada una por azar. ¿Por qué él? ¿Por qué ella?
J-A.M.: Existe lo que Freud llama Liebsbedingung, la condición de amor, la causa del deseo. Es un rasgo particular –o un conjunto de rasgos– que tiene en cada uno una función determinante en la elección amorosa. Esto escapa totalmente a las neurociencias, porque es propio de cada uno, tiene que ver con la historia singular e íntima. Rasgos a veces ínfimos están en juego. Freud, por ejemplo, había señalado como causa del deseo en uno de sus pacientes ¡un brillo de luz en la nariz de una mujer!
H.W.: Nos es difícil creer en un amor fundado sobre esas naderías.
J-A.M.: La realidad del inconsciente supera a la ficción. Usted no tiene idea de todo lo que se funda, en la vida humana, y especialmente en el amor, en bagatelas, cabezas de alfiler, “divinos detalles”.
Es verdad que es sobretodo en el macho que encontramos tales causas del deseo, que son como fetiches cuya presencia es indispensable para desencadenar el proceso amoroso.
Particularidades nimias, que recuerdan al padre, la madre, el hermano, la hermana, tal personaje de la infancia, juegan también su papel en la elección amorosa de las mujeres.
Pero la forma femenina del amor es más erotómana que fetichista: quieren ser amadas, y el interés, el amor que se les manifiesta, o que suponen en el otro, es a menudo una condición sine qua non para desencadenar su amor, o al menos su consentimiento. El fenómeno está en la base de la conquista masculina.
H.W.: ¿Usted no le adjudica ningún papel a los fantasmas?
J-A.M.: En las mujeres, sean concientes o inconscientes, son determinantes para la posición de goce, más que para la elección amorosa. Y es a la inversa para los hombres.
Por ejemplo, ocurre que una mujer no pueda obtener el goce – digamos el orgasmo – sino a condición de imaginarse a sí misma durante el acto, siendo golpeada, violada, o siendo otra mujer, o incluso estando en otra parte, ausente.
H.W.: ¿Y el fantasma masculino?
J-A.M.: Está muy en evidencia en el enamoramiento. El ejemplo clásico, comentado por Lacan, está en la novela de Goethe [2], la súbita pasión del joven Werther por Charlotte, en el momento en que la ve por primera vez, alimentando a un grupo de niños que la rodea.
Aquí es la cualidad maternal de la mujer lo que desencadena el amor.
Otro ejemplo, tomado de mi práctica, es este: un jefe en la cincuentena recibe candidatas para un puesto de secretaria. Una joven mujer de 20 años se presenta y le desencadena inmediatamente su fuego.
Se pregunta lo que le pasó, entra en análisis. Allí descubre el desencadenante: encontró en ella rasgos que le evocaban lo que él mismo era a los 20 años, cuando se presentó a su primera solicitud de trabajo. De algún modo se enamoró de sí mismo.
H.W.: ¡Se tiene la impresión de que somos marionetas!
J-A.M.: No, entre tal hombre y tal mujer, nada está escrito por anticipado, no hay brújula, no hay relación preestablecida. Su encuentro no está programado como el del espermatozoide y el del óvulo; nada que ver tampoco con los genes.
Los hombres y las mujeres hablan, viven en un mundo de discurso, es eso lo que es determinante. Las modalidades del amor son ultrasensibles a la cultura ambiente. Cada civilización se distingue por el modo en que estructura su relación entre los sexos.
Ahora, ocurre que en Occidente, en nuestras sociedades, a la vez liberales, mercantiles y jurídicas, lo “múltiple” está en camino de destronar el “Uno“. El modelo ideal de “gran amor para toda la vida” cede poco a poco el terreno ante el speed dating, el speed living y toda una profusión de escenarios amorosos alternativos, sucesivos, incluso simultáneos.
H.W.: ¿Y el amor en su duración?, ¿en la eternidad?
J-A.M.: Balzac decía: “Toda pasión que no se crea eterna es repugnante” [3].
¿Pero el vínculo puede mantenerse toda la vida en el registro de la pasión?
Cuanto más un hombre se consagra a una sola mujer, más ella tiende a tomar para él una significación maternal: tanto más sublime e intocable cuanto más amada.
Son los homosexuales casados lo que desarrollan mejor este culto de la mujer: Aragon canta su amor por Elsa cuando muere, ¡buen día a los muchachos! Y cuando una mujer se apega a un solo hombre, lo castra. Por lo tanto, el camino es estrecho. El mejor destino del amor conyugal es la amistad, decía en esencia Aristóteles.
H.W.: El problema, es que los hombres dicen no comprender lo que quieren las mujeres, y las mujeres, lo que los hombres esperan de ellas…
J-A.M.: Sí. Lo que es una objeción a la solución aristotélica es que el diálogo de un sexo con el otro es imposible, suspiraba Lacan. Los enamorados están de hecho condenados a aprender indefinidamente la lengua del otro, a tientas, buscando las claves, siempre revocables. El amor, es un laberinto de malentendidos cuya salida no existe.
Traducción: Silvia Baudini
Notas * Entrevista realizada a Jacques- Alain Miller por Hanna Waar para la Psychologies Magazine, octubre 2008, n° 278.
Agradecemos a Jacques Alain-Miller por su gentil autorización para que sea publicada en esta edición de Consecuencias.
1 – BAUMAN, Zygmunt:. Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos.
2 – GOETHE, Johann Wolfgang: Los sufrimientos del joven Werther.
3 – HONORATO de BALZAC: en La Comedia humana, volumen VI. “Estudios de las costumbres: escenas de la vida parisina“.
—
Las negritas y cursivas y algunos enlaces no pertenecen al texto original. Son un modo de destacar y facilitar mi propia lectura de porciones que considero de mayor relevancia.
link original de la entrevista
https://soydondenopienso.wordpress.com/.../entrevita-a.../
No lo leas...
En qué me convertí?
Me desconocí...
Un hombre arrastrado...
sin dignidad...
No más.
Si vos, L., estas leyendo esto...
Andate....
Dejá mi blog,
Nada de lo que está escrito acá es para vos.
Ni lo malo,
ni lo bueno,
simplemente no considero que sean para vos,
son para mi.
Para recordar lo que nunca más debo hacer,
enredarme en marañas
de mentiras por omisión,
ocultamientos varios,
falta de interés por el otro,
egoísmo en un punto bastante singular.
Por que si...
yo tengo más información de la que dije,
y se más de lo que sabes.
Tal vez por eso, haya sido todo así.
Te pensas que no sabía de tu próximo viaje
de vacaciones....
de tu idea junto a tu amiga....
de tu denostamiento de mi forma de pensar y ser
con tus amigas....
de jactarte por haber estado con mil tipos...
sé y supe mucho más de lo que dije....
Las personas que te han conocido, han dicho todas lo mismo.
Empecé a comprender,
lo que alguien alguna vez hacia con vos,
sin justificar,
lo entendí,
terminó en la misma posición que yo.
No sos una mujer para una pareja de verdad,
y en el fondo, no lo querés,
y lo sabés, no lo asumís.
Tu vida, es la que tuviste siempre,
esa es la que te hace feliz.
No te engañes, pero más importante,
no engañes a los demás con algo que no es para vos.
No sabés estar en pareja,
no estas lista.
Y, sinceramente, a tu edad...ya no creo que lo vayas a estar....
Si seguís ahi, leyendo,
te advertí que no era para vos.
No era para que lo leas,
te iba a doler.
Querías mi amor,
te ganaste mi odio.
Me desconocí...
Un hombre arrastrado...
sin dignidad...
No más.
Si vos, L., estas leyendo esto...
Andate....
Dejá mi blog,
Nada de lo que está escrito acá es para vos.
Ni lo malo,
ni lo bueno,
simplemente no considero que sean para vos,
son para mi.
Para recordar lo que nunca más debo hacer,
enredarme en marañas
de mentiras por omisión,
ocultamientos varios,
falta de interés por el otro,
egoísmo en un punto bastante singular.
Por que si...
yo tengo más información de la que dije,
y se más de lo que sabes.
Tal vez por eso, haya sido todo así.
Te pensas que no sabía de tu próximo viaje
de vacaciones....
de tu idea junto a tu amiga....
de tu denostamiento de mi forma de pensar y ser
con tus amigas....
de jactarte por haber estado con mil tipos...
sé y supe mucho más de lo que dije....
Las personas que te han conocido, han dicho todas lo mismo.
Empecé a comprender,
lo que alguien alguna vez hacia con vos,
sin justificar,
lo entendí,
terminó en la misma posición que yo.
No sos una mujer para una pareja de verdad,
y en el fondo, no lo querés,
y lo sabés, no lo asumís.
Tu vida, es la que tuviste siempre,
esa es la que te hace feliz.
No te engañes, pero más importante,
no engañes a los demás con algo que no es para vos.
No sabés estar en pareja,
no estas lista.
Y, sinceramente, a tu edad...ya no creo que lo vayas a estar....
Si seguís ahi, leyendo,
te advertí que no era para vos.
No era para que lo leas,
te iba a doler.
Querías mi amor,
te ganaste mi odio.
Nueva Esperanza
Un amor se va,
otro viene,
asi es la historia del corazón.
A veces, el amor está donde no lo vimos.
Hoy te digo adiós,
hoy le digo adiós a lo que me hacia tan mal.
le abro mi corazón a un nuevo amor.
No se si ganaré o perderé
No lo sé,
pero siento amor sincero
por primera vez, en mucho tiempo
Conoces mis miserias,
mis problemas,
y aun asi, estás ahi,
siempre lo estuviste.
El ¿como estas?
el ¿te sentis bien?
que vienen de sorpresa,
que vienen del interés.
Aquí estoy,
renunciando a lo tuyo,
que no me sirve,
aceptando lo nuevo,
que me hizo tan bien.
Todavía se que hay alguien que me ama,
por como soy,
por como pìenso,
con mis fallas y mis defectos,
Esa que estuvo, y está
cuando estuve mal,
ella ahi está,
incondicional,
siempre...
Ahi voy,
a jugarme,
a arriesgarme,
por un nuevo amor,
por un nuevo sol
Adiós al desamor,
al desinteres,
buscaba allí,
lo que tenia frente a mis ojos,
ciego fui.
Ahora puedo ver
No sos vos,
es ella,
la que me cuida,
la que me acepta,
adiós.
que seas feliz.
otro viene,
asi es la historia del corazón.
A veces, el amor está donde no lo vimos.
Hoy te digo adiós,
hoy le digo adiós a lo que me hacia tan mal.
le abro mi corazón a un nuevo amor.
No se si ganaré o perderé
No lo sé,
pero siento amor sincero
por primera vez, en mucho tiempo
Conoces mis miserias,
mis problemas,
y aun asi, estás ahi,
siempre lo estuviste.
El ¿como estas?
el ¿te sentis bien?
que vienen de sorpresa,
que vienen del interés.
Aquí estoy,
renunciando a lo tuyo,
que no me sirve,
aceptando lo nuevo,
que me hizo tan bien.
Todavía se que hay alguien que me ama,
por como soy,
por como pìenso,
con mis fallas y mis defectos,
Esa que estuvo, y está
cuando estuve mal,
ella ahi está,
incondicional,
siempre...
Ahi voy,
a jugarme,
a arriesgarme,
por un nuevo amor,
por un nuevo sol
Adiós al desamor,
al desinteres,
buscaba allí,
lo que tenia frente a mis ojos,
ciego fui.
Ahora puedo ver
No sos vos,
es ella,
la que me cuida,
la que me acepta,
adiós.
que seas feliz.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)